Entrevista sobre el libro SOY LA RED, Herder, 2013
Ángel Vargas, Periódico La Jornada
Domingo 19 de mayo de 2013, p. 4
¿Chamán o iluminado? La pregunta toma por sorpresa a Pascal K’in Greub, autor del libro Soy la Red: recrea tu destino en la Nueva Era, mediante el que se propone, según explica, compartir milenarios conocimientos mayas para alcanzar el pleno desarrollo y bienestar espiritual.
Sólo soy un intermediario, un sanador interesado en ayudar a los demás
, responde el también terapeuta suizo, quien desde hace 13 años se estableció en México dejando atrás su tierra natal,
su profesión de economista y su carrera de actor y director escénico.
Su llegada a nuestro país tuvo que ver con una búsqueda ontológica y fue en Chiapas donde encontró respuestas, merced la intermediación de un sacerdote maya, don Lauro de la Cruz, quien lo adentró a conocimientos de esa ancestral cultura.
Con ese hombre sabio, dice, se enteró de la existencia de una red cósmica, una especie de Internet del futuro que dará a la humanidad beneficios aún inimaginables
, lo cual es precisamente
el tema que aborda en el mencionado libro, el primero en su haber.
Editado por Herder, éste fue presentado ayer en Expo Ser, en el World Trade Center, y el 20 de junio tendrá otra presentación, a las 20 horas, en la Librería Gandhi (en la avenida Miguel Ángel de Quevedo).
Pascal K’in es reconocido a escala internacional como pionero en el desarrollo creativo y espiritual, y se dedica a impartir conferencias y sanaciones grupales en diferentes partes del mundo, según el citado sello editorial.
A ello se auna su nombramiento como coordinador nacional en México del proyecto Cultura en el Barrio, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
En entrevista, el autor no tiene empacho en definir al suyo como un libro de autoayuda, y explica que su propósito es acompañar al lector por un viaje dentro de sí mismo
y ayudarlo a
ver que todo lo que nos rodea se conecta y que por eso las posibilidades humanas son infinitas
.
Afirma que lo asentado en ese material es producto de vivencias y experiencias personales y que fue constatado desde el punto de vista científico, mediante la ayuda de la geometría fractal, la física cuántica y la biología celular.
–¿Sabe que la literatura de autoayuda, en ocasiones, está asociada a charlatanes que dicen tener la receta de la felicidad o la salvación?
–No es ése mi propósito. Por eso quise tener fundamentos. No prometo nada. Lo que hago es abrir un camino hacia la red, pero cada quien tiene que transitar por él y hacer los ejercicios. Están en un malentendido quienes creen que el camino espiritual se logra en un día.
–¿Es usted un chamán o un iluminado?
–Hay gente que me considera un chamán y dice que hago trabajo chamánico, pero me da igual, son palabras, y éstas generalmente son mal utilizadas, además de que varias personas se autodenominan así y no lo son. El resultado es lo importante.
“Siempre me pregunté cómo trabajan los verdaderos chamanes y llegué a esto que expongo en el libro y que comparto con el lector, no sólo en teoría, sino en práctica también."
“Ellos, los chamanes, usan esta red. Creo que un chamán sabe viajar por ella, adentro del cuerpo, desde una célula hasta el ADN; sabe viajar por los conductos acuíferos, la red electrónica, incluso por Internet."
Y van más allá, a otros lugares en la Tierra e incluso a otros planetas y otras inteligencias. Un chamán no se cierra ni niega que haya otras inteligencias en otros lugares del universo.
El chamán es el que verdaderamente está en contacto con todo eso y lo usa para el bien del prójimo.
–Si no es chamán, ¿cómo se asume?
–Soy sanador, porque he tenido resultados muy rápidos. En una sanación grupal, la gente se sana de muchas cosas, y yo sólo soy un canal, un servidor de Dios, de esta red, de una inteligencia. – Soy coach, cuando trabajo para empresas; luego pongo que soy hombre-medicina-moderno, porque el término chamán asusta mucho a la gente; se piensa más en la parte de un hechicero o brujo que hace magia y trabaja con plantas. Pero el verdadero chamán es mucho más, por eso hay tan pocos.
–¿Es consciente de que puede usted ser tomado como charlatán o lunático?
–Estoy muy consciente de ello y es parte de esta información colectiva en la cual andamos. Gran parte del movimiento esotérico espiritual no es como parece. Lo que parece ser luz a veces es un mantelito, detrás hay otras cosas. Invito a la gente a ser crítica, a no creer todo lo que se dice.
Es importante que cada quien entre al Internet cósmico y se diga a sí mismo que es la red; la puerta es su corazón y allí se discierne todo: ¿qué es una joya verdadera y qué no? Soy muy
consciente de que la gente proyecta lo que quiere, pero al final habla el corazón y se percibe si es verdadero o no.
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